martes, 8 de septiembre de 2009

¡A por el oro!

Ayer lunes debutó la selección española de Baloncesto en el Europeo de Polonia con una inesperada, preocupante y abultada derrota contra Serbia.

ABULTADA
Fueron nueve puntos de diferencia en el marcador final, pero en varias fases del encuentro la brecha fue superior llegando a alcanzar los veinte puntos, que es hablar de "paliza".

PREOCUPANTE
Perder el primer partido de un campeonato con una fase inicial tipo "liguilla" (todos contra todos en un grupo de 4 equipos de los que se clasifican dos para la siguiente ronda), tiene en principio ninguna importancia para una selección como la española, favorita a priori para luchar por el título y que atesora un imponente potencial baloncestístico en su plantel de jugadores.

Perder un partido, como digo, no es preocupante; sí lo es de momento la manera en que se ha producido la derrota: anotación por debajo de 60 puntos, porcentajes de acierto en tiros de 1, 2 y 3 puntos muy, pero que muy por debajo de lo razonable y esa extraña sensación de falta de fluidez, de agarrotamiento técnico y físico convenientemente amplificado por la calidad, disciplina y esfuerzo defensivos de la selección serbia.

INESPERADO
Todo el país, la prensa general y deportiva, los espacios informativos de TV y Radio no han hecho otra cosa en las semanas previas al inicio del Campeonato de Europa de Baloncesto que anunciar, prometer, pronosticar, augurar y dar por hecho que España va a conseguir la medalla de oro. Y creo que aquí está gran parte del problema.

Me parece que ganar, en sentido amplio, siempre es consecuencia de una extraña mezcla de saber, poder y querer. Digo extraña mezcla porque muchos son los ejemplos de "no ganar" (por no decir perder) a pesar de reunir las tres condiciones: sabiduría, poderío y voluntad.

¡A POR EL ORO!
El equipo español me consta que sabe y puede, de hecho más y mejor que nunca. Ahora bien, me temo que su voluntad, su QUERER, se está viendo afectado por esa imparable ola que apunta al oro, esa especie de convencimiento irracional de que este equipo tiene ganarlo todo. Jugadores y técnicos han leído, oído y visto en decenas de ocasiones durante las últimas semanas ese pronóstico victorioso y, simplemente, han acabado por creerlo; y me temo que ayer (y el jueves pasado contra Lituania, otra derrota) jugaron a medio gas, sin suficientes dosis de QUERER.

Pero hay tiempo de reacción y este grupo de gente es magnífica y muy competitiva. Estoy seguro que hoy contra Gran Bretaña veremos otro equipo bien distinto. Seguimos yendo a por el oro.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Disfrutar de las cosas pequeñas

Leo en la revista Capital una entrevista de Jordi Benítez al profesor Rojas Marcos en la que éste insiste en recordar la importancia de disfrutar de las cosas pequeñas, en especial cuando uno atraviesa por situaciones profesionales difíciles.

Señala también Rojas Marcos las abundantes evidencias acerca de que "la persona que parte de la familia, un grupo laboral, deportivo o religioso supera mejor la crisis que quien está aislado".

Respecto de las cosas pequeñas no aclara RM a qué se refiere ni ofrece ejemplos concretos: ¿tal vez a un paseo de la mano de tu pareja? ¿a tomar una caña de cerveza en una terraza mientras ves pasar a la gente caminando? ¿a aprovechar el momento en que tu hijo adolescente decide comunicarse contigo y hablar con él? (dando por cierto que la comunicación con los adolescentes se produce cuando ellos quieren).

Sí, estoy de acuerdo; qué bueno es disfrutar de las cosas pequeñas, sean cuales sean.

Por cierto, lector, ¿QUÉ SON PARA TÍ COSAS PEQUEÑAS?

lunes, 31 de agosto de 2009

Management, con Ñ. (II)

Encuentro una interesante aportación de Santiago Álvarez de Mon en el prólogo de la obra auspiciada anualmente por CRF Leading Managers, que aporta luz a la primera entrada y me complace reproducir.

DEL DIRECTIVO LOCAL AL 'MANAGER' TRANSCULTURAL

"No se entiende el impresionante desarrollo económico de España durante las dos últimas décadas, la decidida y consistente expansión internacional de nuestras empresas, sin el talento, esfuerzo y compromiso de multitud de directivos. Desde el respeto y reconocimiento a su actitud y solvencia, a su disposición permanente para aprender, me detengo en estas líneas en las que considero algunas de las asignaturas pendientes del profesional español de la dirección.

En un mundo crecientemente complejo, convulso, interdependiente y globalizado, donde las variables históricas, geopolíticas y sociales tienen un impacto real y tangible en la cuenta de resultados, el sustrato cultural requiere ser enriquecido y completado. No se puede viajar a coordinar o supervisar operaciones radicadas en el extranjero, entender e integrar otras nacionalidades en la vida de la organización, desarrollar redes de cooperación con personas de distintas mentalidades, en definitiva, gestionar la diversidad, si sólo se mete en el equipaje un bagaje meramente técnico. La apertura mental, la empatía para comprender otras historias personales, la curiosidad cultural para nutrirse de otras civilizaciones, constituyen aspectos soft que, tarde o temprano, en mayor o menor medida, determinan el fracaso o éxito de la experiencia.

Por su carácter estratégico, urge cubrir ese ancestral y sensible déficit cultural. Toca leer algo más que memorándums de la empresa y análisis sectoriales, ha llegado la hora de estudiar un poco de sociología, filosofía, historia, antropología, economía, etc. La base humanista de hombres y mujeres que se enfrentan a decisiones delicadas en entornos que son cambiantes y desafiantes. Sin olvidarnos de dos viejas lagunas de la clase directiva, trabajo en equipo y gestión del tiempo, –todavía predominan el individualismo y la dispersión ruidosa–, me gustaría subrayar un segundo apartado que la crisis actual eleva a factor crucial y diferencial.

Si el presente y el futuro van a examinar al directivo en una dimensión, ésta tiene que ver con cuestiones de carácter. Es un músculo moral, una fibra emocional que se ha de ejercitar para revitalizarlo y tenerlo listo para partidos ciertamente complicados. Expongo algunos atributos de un carácter abierto y confiado, a la vez que humilde y sanamente preocupado. La honestidad, crítica para hacer un diagnóstico veraz de la situación planteada y compartirlo con trasparencia y rigor. La responsabilidad personal, imprescindible para asumir los inevitables errores que se cometan y aprender de ellos. La libertad interior para elegir una respuesta esperanzada frente a dilemas y retos desequilibrantes. La constancia y perseverancia para no arrojar la toalla, para mantenerse firme en una maratón agotadora. La humildad para no dimitir psicológicamente y convivir con carencias y limitaciones recurrentes. La frontera mental de hombres y mujeres entregados a su profesión es la fina línea divisoria que va a separar al manager transcultural que el siglo XXI precisa, del directivo local que se quedó paralizado en su aldea natal."

viernes, 14 de agosto de 2009

Muerto o muerto.



Se estrena hoy la película que relata la figura de John Dillinger. Dirigida por Michael Mann (Collateral) y protagonizada por Johnny Depp (Eduardo Manostijeras) y Christian Bale (El Tren de las 3:10) promete ser una referencia en las taquillas de las próximas semanas.

Muerto a los 31 años, gozó de las simpatías de una gran parte de la población norteamericana de la época. Era muy inteligente, nadie era capaz de detenerle. Gracias a su encanto personal y a sus osadas fugas era aplaudido por casi todo el mundo, desde su novia Billie (Marion Cotillard) hasta el hombre de a pie que no sentía simpatía alguna por los bancos que habían hundido el país en la depresión.

Las aventuras de la banda de Dillinger entretenían a la mayoría, pero J. Edgar Hoover (Billy Crudup) tuvo la idea de servirse de la captura del bandido para empezar a transformar su “Bureau of Investigation” (Oficina de investigación) en lo que sería el FBI. Convirtió a Dillinger en el “enemigo público número 1 de América” y lanzó a Melvin Purvis (Christian Bale), el apuesto “Clark Gable del FBI”, tras él.

Así pues una especie de Robin Hood del siglo XX, un fuera de la ley admirado por muchos de sus conciudadanos, un personaje que fue perseguido por todos los rincones de Estados Unidos y en su ficha policial figuraba la instrucción "Captúrese muerto o muerto".

http://www.youtube.com/watch?v=3VyXJXYilSI





jueves, 13 de agosto de 2009

Management, con Ñ.

Mi admirado Ramón Trecet publica hoy en su blog, con el título El Laberinto de Rick Pitino, un comentario sobre los avatares por los que atraviesa el afamado entrenador estadounidense Rick Pitino a cuenta de una aventura amorosa sobre una mesa de restaurante con una de sus camareras, que ha devenido en un monumental lío donde se mezcla un poco de todo: aborto, acusación de extorsión, descrédito, pérdida de reputación... Para información exhaustiva sobre el tema pinchad en

http://sportsillustrated.cnn.com/2009/basketball/ncaa/08/11/pitino.extortion.ap/index.html

Rick Pitino ha alcanzado el éxito como entrenador de baloncesto en Estados Unidos, donde se le considera un ejemplo de hombre, padre, profesional y miembro de la comunidad; después de que este asunto haya sido divulgado de la forma que los norteamericanos emplean en este tipo de situaciones, me temo que ya no se le considera así.


Del éxito al descrédito en unos minutos. Adiós reputación, venta de libros, conferencias, tal vez matrimonio (con 5 hijos), en fin, un desastre.

Voy al tema. En España (como en el resto del mundo, salvo la India y poco más) se bebe de las fuentes que manan en la coste Este de los Estados Unidos sobre temas de Management, Liderazgo, Dirección por Valores... Se llenan bocas con las tesis de Senge, Drucker, Kotter, Kotler, Covey, Hersey, Blanchard... Se adaptan sus modelos, los mentamos, sirven de base para desarrollos propios, les invitamos a que conferencien en plenario masivo por una pasta... Adornan la inmensa mayoría de referencias bibliográficas en papeles, artículos, posts...

De acuerdo, está bien; dicen cosas muy sensatas y muy bien dichas; alguno de sus hallazgos son ciertamente eficaces como modelos de gestión, no lo pongo en duda. La cuestión es que siendo americanos y españoles tan distintos, con valores tan diversos y mentalidad tan lejana, como demuestran casos como el de Rick Pitino, ¿por qué tienen todavía hoy tanta influencia los pronunciamientos que manan de la Costa Este? ¿Cuándo por fin situaremos a los pensadores españoles sobre Management en el lugar que les corresponde? ¿Será, acaso, que éstos aún no lo merecen? ¿Será que se está cometiendo con ellos un acto de ceguera?

Sea como fuere, me alegro de volver a saludaros tras este largo paréntesis y aquí os dejo el Management con ñ por si os apetece polemizar



miércoles, 13 de mayo de 2009

Lebron James, Año I


La portada del número de Mayo de la revista oficial de la NBA se pregunta qué equipo sucederá a los Boston Celtics como campeón de la mejor liga de baloncesto del mundo: Los Angeles Lakers, San Antonio Spurs, Cleveland Cavaliers. Ilustra la cuestión con las fotografías de las rutilantes y bien pagadas estrellas de cada equipo: Kobe Bryant, Tim Duncan y Lebron James.

La verdad es que me cuesta pronosticar quién ganará la competición, porque dudo entre Lakers y Cavaliers. De lo que no tengo dudas es que, a pesar de la enorme calidad y depurada técnica de Kobe Bryant, Lebron James ya ha comenzado su "reinado" como indiscutible monarca de la NBA.

Tal vez, querido lector, no sigas asiduamente la actualidad del baloncesto estadounidense; incluso puede que no prestes atención al resumen de las mejores jugadas que ofrecen habitualmente emisoras de TV como Antena 3 y Cuatro. Sea como fuere, si te gusta el espectáculo y valoras la belleza de este deporte encuentra la ocasión de presenciar un partido de los Cavaliers y las evoluciones de Lebron James, su número 23 (¿recuerdas?, el mismo de Michael Jordan).

Algo más de 2 metros de estatura, configuración física ajustada al canon de las proporciones del Hombre Vitrubio, de Leonardo da Vinci, fortaleza y rapidez combinadas en una mezcla explosiva... Su técnica no alcanza el grado de la de Bryant, más estético y felino, pero con el balón en las manos no hay defensor que le pare. Salta como pocos, lanza de lejos como el mejor, maneja el balón con ambas manos, rebotea, asiste a sus compañeros... Y algo más, cuando se trata de jugar la última bola a falta de escasos segundos para la conclusión no le tiembla el pulso, asume responsabilidades y, la mayoría de las veces (Dios mío, ¿cómo lo hace?), acierta.

Una joya de este deporte, amigos. Lebron James, Año I

lunes, 11 de mayo de 2009

¿Dónde están las llaves?

Al iniciar esta entrada me asaltan sentimientos encontrados, vaya por Dios.

He dedicado unos minutos a repasar el blog de uno de los gurús más reputados de mi profesión y estoy pasmado de su capacidad de trabajo, y un poco envidioso de ella. Se trata de Juan Carlos Cubeiro, con quien tuve un encuentro fugaz hace unos años, cuando aún no disfrutaba de su bien ganada reputación. Recomiendo sin duda el seguimiento de su producción.

Por otro lado, y después de varias semanas sin aparecer por aquí (tengo un cierto sentimiento de culpa), hago un repaso "vuela pluma" de algunos acontecimientos:

VIAJES & TRABAJO
Estuve en Bogotá la semana pasada contribuyendo al proceso de Integración en Latinoamérica de dos compañías del sector energético español. Interesante labor, gente muy competente y comprometida, y un privilegio poder intervenir en este proceso.

La verdad es que uno viaja y ha viajado mucho, de lo que no me quejo en absoluto. Hace años, en plena actividad deportiva, también visité muchos países y lugares, aunque mejor sería decir muchos aeropuertos, canchas de baloncesto y alrededores de hoteles. Y ahora sucede algo parecido, aunque he cambiado las canchas de juego por instalaciones empresariales, salas de reunión o salones de hotel.

En el ámbito personal (no todo es trabajo, gracias a Dios) los viajes han sido también frecuentes, casi siempre en la misma dirección: el levante español (privilegios y dependencias de poseer casa allí). Recuerdo uno en especial, hace probablemente 29 años; miércoles Santo, carretera de Andalucía N-4, sobre las 21h00 estábamos Isabel, mi esposa, y mis dos hijos mellizos de corta edad, Fátima y Alfonso, embutidos en el R5 rojo matrícula de Murcia. Entre Pinto y Valdemoro sufrimos el mayor atasco de la historia y los niños, qué majos, decidieron protestar por ello al unísono durante horas y horas... sin remedio.

ACTUALIDAD DEPORTIVA
Pues me alegro de que Estudiantes mantenga categoría ACB, muy a pesar de sus dirigentes; de los que han sido y de los que son, aunque a éstos no tengo el gusto de conocerles.

El Barça llega con la lengua fuera al último tramos de las 3 competiciones a las que aspira. Creo que va a triunfar en toda regla, que está triunfando, por juego, estilo, discreción de dirigentes, entrenador y jugadores, así da gusto. Otros no pueden presumir de lo mismo.

Y del deporte profesional al privado. El equipo de baloncesto en el que participo, junto con mis dos hijos varones, continúa ganando partidos y pasándolo bien, que de eso se trata.

UN POCO DE CINE
Algo desatendida está una de mis aficiones favoritas. He visto (como casi todo el mundo) Gran Torino, muy recomendable aunque a distancia de las mejores producciones de Clint Eastwood. En el avión de vuelta de Bogotá proyecté Revolutionary Road, bien hecha e interpretada, pero acongojante y prescindible. Hay más títulos que comentar, pero ya habrá tiempo para ello.

Estoy a punto de terminar esta entrada y recuerdo una recomendación del gran Juan Antonio Vallejo-Nájera publicada en su delicioso libro Aprender a hablar en público: "querido ponente, si anuncia usted a su auditorio que la conferencia va acabar, haga el favor de hacerlo inmediatamente"

Pues eso, que tengan un buen día todos ustedes.

Abrazo,

ASV