miércoles, 13 de mayo de 2009

Lebron James, Año I


La portada del número de Mayo de la revista oficial de la NBA se pregunta qué equipo sucederá a los Boston Celtics como campeón de la mejor liga de baloncesto del mundo: Los Angeles Lakers, San Antonio Spurs, Cleveland Cavaliers. Ilustra la cuestión con las fotografías de las rutilantes y bien pagadas estrellas de cada equipo: Kobe Bryant, Tim Duncan y Lebron James.

La verdad es que me cuesta pronosticar quién ganará la competición, porque dudo entre Lakers y Cavaliers. De lo que no tengo dudas es que, a pesar de la enorme calidad y depurada técnica de Kobe Bryant, Lebron James ya ha comenzado su "reinado" como indiscutible monarca de la NBA.

Tal vez, querido lector, no sigas asiduamente la actualidad del baloncesto estadounidense; incluso puede que no prestes atención al resumen de las mejores jugadas que ofrecen habitualmente emisoras de TV como Antena 3 y Cuatro. Sea como fuere, si te gusta el espectáculo y valoras la belleza de este deporte encuentra la ocasión de presenciar un partido de los Cavaliers y las evoluciones de Lebron James, su número 23 (¿recuerdas?, el mismo de Michael Jordan).

Algo más de 2 metros de estatura, configuración física ajustada al canon de las proporciones del Hombre Vitrubio, de Leonardo da Vinci, fortaleza y rapidez combinadas en una mezcla explosiva... Su técnica no alcanza el grado de la de Bryant, más estético y felino, pero con el balón en las manos no hay defensor que le pare. Salta como pocos, lanza de lejos como el mejor, maneja el balón con ambas manos, rebotea, asiste a sus compañeros... Y algo más, cuando se trata de jugar la última bola a falta de escasos segundos para la conclusión no le tiembla el pulso, asume responsabilidades y, la mayoría de las veces (Dios mío, ¿cómo lo hace?), acierta.

Una joya de este deporte, amigos. Lebron James, Año I

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