viernes, 15 de enero de 2010

La mesa de despacho era una puerta

Interesantes jornadas de trabajo con profesionales de una importante corporación aseguradora. Gente trabajadora, comprometida con su empresa, crítica con sus defectos y defensora de sus virtudes.

De los numerosos aprendizajes que han surgido después varias horas de convivencia con los mencionados profesionales extraigo un comentario que, a la sazón, da título a esta entrada: "La mesa de despacho era una puerta..." Aludía la persona que lo pronunció a los orígenes que ella vivió en la empresa; a la precariedad de estructura, procesos y medios que debió padecer hasta la efectiva organización; a la ilusión, sin embargo, que prevalecía entre compañeros, empleados y directivos; a que ésta fue la clave para avanzar y consolidar una situación de cambio.

Decía Nicolás Maquiavelo que "nada hay más difícil de conducir, ni más inquietante con respecto al éxito, ni más fatigoso de gestionar que el comienzo de un nuevo orden de las cosas". Muchos años antes alguien había escrito que "todo fluye, todo cambia, nada permanece excepto el cambio" (Heráclito).

Así pues, tres certezas: una, que el cambio es constante, que cuando algo ha cambiado debe seguir haciéndolo; dos, que la inquietud ante nuevas situaciones aparece siempre; tres, que la ilusión es ingrediente necesario (y a veces suficiente) para seguir avanzando.

¿Trabajamos la ilusión?

Que tengan un buen día, aunque su mesa de despacho sea una puerta.